CAPÍTULO I:
ASPECTOS GENERALES.
1.1.
Conceptualización
de Enseñanza.
La enseñanza se basa en transmitir distintos
conocimientos o saberes, favorecer el desarrollo de una capacidad, corregir y
apuntalar una habilidad, y guiar una práctica; responde a intenciones, es
decir, es una acción voluntaria y conscientemente dirigida para que alguien
aprenda algo que no puede aprender solo, de modo espontáneo o por sus propios
medios. Estas intenciones son de doble vía, es decir quien enseña desea hacerlo
y quienes aprenden desean aprender. Cuando una persona aprende sola, sin que
exista la intención voluntaria y consciente de otro por enseñarle , este hecho
deja de ser enseñanza debido a que esa persona aprende algo por medio de la
imitación de un ejemplo adulto o repitiendo lo que hacen los otros, esto se
llama aprendizaje social o socialización.
El saber que se
busca transmitir tiene que ser culturalmente valido, socialmente justo y
éticamente valioso, es decir que enseñar consiste en la transmisión cultural
con intenciones sociales y opciones de valor. La dimensión socio-política de la
enseñanza consiste en una democratización del saber, es decir poniendo a este al
servicio de los otros individuos y así poder lograr una ampliación de la
conciencia, es por esto que sus fundamentos y resultados, en otros términos no
permanecen restringidos a la pequeña esfera interpersonal, sino que puede
habilitar mayores grados de conciencia acerca del mundo, de este modo la
enseñanza puede, agrandar la comprensión de la naturaleza y de la sociedad de
quienes aprenden.
1.1.1. La Enseñanza como Acción Intencional de
Transmisión Cultural.
Un maestro enseña leer, a escribir, a contar; los padres
corrigen a sus hijos en las formas de hablar y relacionarse; un profesor
conduce a un grupo de alumnos para alcanzar la comprensión de un problema y
desarrollar capacidades de pensamiento; un equipo de profesionales
experimentados guía a los más jóvenes en el aprendizaje de la profesión; una
persona orienta las acciones de otra conforme a valores éticos.
Revisando estas prácticas (y una innumerable lista de
situaciones), podremos observar que la enseñanza implica:
· Transmitir
un conocimiento o un saber.
· Favorecer
el desarrollo de una capacidad.
· Corregir
y apuntalar una habilidad.
· Guiar
una práctica.
Pero la intencionalidad de la enseñanza no se restringe a
lograr que otros aprendan. Más allá del resultado de aprendizaje en sí, quienes
enseñan buscan transmitir un saber o una práctica considerada culturalmente
válida, socialmente justa y éticamente valiosa. En otras palabras, enseñar es
un acto de transmisión cultural con intenciones sociales y opciones de valor.
En este sentido, Fenstermacher[1]
(1989) distingue analíticamente la enseñanza "con éxito", con logro
de resultados de aprendizaje, la "buena enseñanza", sustentada en
valores éticos y en la validez de aquello que se enseña. Cuando las prácticas
de enseñar se transforman en actos de rutina, no es frecuente que se analice
este otro grupo de intenciones. "Esto que enseño (y la forma en que lo
enseñó), ¿es válido?, ¿ayuda a las personas en su desarrollo?, ¿es éticamente
sostenible?" La débil consideración de estas intenciones produce, no pocas
veces, una contradicción entre los “propósitos declarativos" y las
prácticas: enseñar saberes o prácticas que ya han sido superados por el
desarrollo del conocimiento, afianzar comportamientos sociales que ya nada tienen
que ver con las prácticas en la sociedad, enseñar de manera autoritaria,
mecánica o memorística, cuando se declara que se aspira a formar ciudadanos
conscientes.
En sentido de síntesis, la enseñanza debería considerar
ambas dimensiones: promover resultados de aprendizaje y transmitir
conocimientos, habilidades, capacidades y modos de relación considerados
válidos y éticamente sostenibles.
La enseñanza puede, así, ensanchar la comprensión de la
naturaleza y de la sociedad de quienes aprenden. Vista desde este ángulo, la
enseñanza en las escuelas debería constituirse en una gran distribuidora del
conocimiento a individuos y grupos sociales, generando espacios de
participación en el mundo social y de la cultura.
Con esta dirección, es necesario incluir la dimensión
socio-política de la enseñanza. Aunque la acción de enseñar se desarrolle en un
espacio acotado entre dos o más personas, implica un acto de democratización de
un saber, poniéndolo al servicio de los otros, y de ampliación de la
conciencia.
1.1.2. La Enseñanza como Mediación Social y
Pedagógica.
La mediación social consiste en que quienes aprenden
adquieran las herramientas culturales (ej. El lenguaje) y amplíen sus
conocimientos, habilidades y desempeños, es decir, que desarrollen sus
potencialidades y capacidades individuales, sociales y culturales. La mediación
pedagógica es fértil para comprender que quien enseña no es el centro del
proceso de enseñar, quienes enseñan son efectivamente mediadores entre el
contenido cultural a transmitir y las características de los sujetos que
aprenden y del contexto particular. En las escuelas, el docente es un mediador
entre los conocimientos y los alumnos, adecuando sus propuestas a las
capacidades, los intereses y las necesidades del grupo en particular y a las características
del contexto socio-cultural específico.
Existen distintas vinculaciones las cuales requieren de
la mediación pedagógica del profesor para:
· Vincular
los contenidos generales que se esperan enseñar con las necesidades, la
idiosincrasia y la cultura del grupo en particular.
· Proponer
actividades, discusiones, profundizaciones, ejercicios que favorezcan el
tratamiento de los temas considerando las características, los intereses y la
cultura de los alumnos.
· Favorecer
el intercambio entre los alumnos a partir de sus expectativas y concepciones.
· Ampliar
el conocimiento y las perspectivas particulares, brindando nuevas informaciones
y comunicando otros puntos de vista y experiencias.
· Vincular
la enseñanza al contexto particular y a las situaciones específicas.
1.1.3. La Enseñanza como Sistema de Relaciones
e Interacciones.
La relación que caracteriza la enseñanza implica,
entonces, a determinados actores (quienes enseñan y quienes aprenden) y
componentes involucrados en una dinámica particular, en la que las
características y acciones de cada parte del sistema mantienen una
interdependencia recíproca. Los actores y componentes centrales de esta
práctica, tanto en sus objetivos (visibles) como subjetivos (pensamientos y
disposiciones internas), son:
· Alguien
que enseña, que conoce lo que enseña y que tiene confianza en la Posibilidad de
aprender de los otros.
· Alguien
que acepta participar de la enseñanza.
· Una
"materia" o contenido que se busca enseñar, considerado valido y
valioso de ser aprendido.
· Un
ambiente que facilite el desarrollo de la enseñanza y del aprendizaje.
La noción de regulación es fértil para comprender que
estos actores y estos componentes mantienen relaciones dinámicas y mutuamente
influyentes. La regulación implica el permanente ajuste e influencia de cada
parte, no solo los aspectos visibles sino también las intenciones educativas y
las disposiciones internas. Así, el sistema se desarrolla en permanente
equilibrio dinámico. Quienes aprenden delinean, también, el curso de las interacciones,
ya sea desde su disposición afectiva, ya sea desde sus intereses, desde sus
capacidades previas, orientando en buena medida el curso del proceso. Las
interacciones entre los actores no son azarosas sino reguladas, conforme al
ajuste de intercambios entre los miembros, a un orden de acciones y a reglas
dinámicas de juego en torno a las actividades y a los propósitos que se
persiguen.
1.1.4. La Enseñanza como una Secuencia
Metódica de Acciones.
La enseñanza es una forma específica de relación entre
las personas. Como acción intencional, la enseñanza busca el logro de
resultados de aprendizaje. La enseñanza no es algo que ocurra de modo
espontaneo ni presenta una acción puntual. Implica una actividad sistemática y
metódica, con fases a lo largo de un tiempo.
La enseñanza implica un tiempo y un proceso, sigue una
lógica y se conforma por una serie de etapas. En la enseñanza familiar, un
adulto enseña a un niño de forma gradual según las capacidades previas del
niño. En la enseñanza escolar o en la académica, los contenidos o la materia de
la enseñanza son más diversificados y complejos, por lo cual la enseñanza será
organizada y conducida de modo más metódico. Los pasos formales orientaron por
décadas el accionar de los maestros y profesores.
Hoy sabemos que, en verdad, estos "pasos" son
muy variables, según sean los propósitos de la enseñanza, el contenido, las
características de los alumnos o del grupo, el contexto o ambiente. La
secuencia metódica no debe ser entendida como un reglamento o código rígido,
sino como un marco de actuación básico, de ordenamiento lógico y pedagógico,
pero flexible y adecuado a las características de los alumnos y a la dinámica
del proceso en el contexto particular.
1.1.5. Enseñanza y Aprendizaje: Práctica
Metódica de Resultados Abiertos.
La enseñanza busca promover el aprendizaje, sin embargo
no existe una relación lineal o de "causa y efecto" entre ambos polos
de esta relación. No toda enseñanza logra el resultado de aprendizaje que
persigue a todos y cada uno de los aprendices. Quienes creen en los efectos
fijos o totalmente previsibles y se encuentran con esta diversidad, suelen
hablar de "resultados no previstos" de la enseñanza. Aunque el
proceso de enseñanza este bien organizado, los resultados de aprendizaje pueden
variar de modo significativo entre un alumno y otro, entre un grupo y otros.
Mientras que la enseñanza es conducida por quien enseña, el aprendizaje incluye
toda una gama de relaciones e interacción entre las personas y dentro del
grupo.
Los intercambios grupales enriquecen y potencian el
aprendizaje, pero también pueden obstaculizarlo o llevarlo en otra dirección.
Mirando la cuestión desde otra óptica, el reconocimiento de la diversidad de
resultados de aprendizaje no debe ser entendido como una debilidad o limitación
de la enseñanza, sino como una fortaleza. Ella muestra que existe un amplio
espacio de posibilidades para enseñar, orientadas por el profesor y
enriquecidas por los alumnos. Para lograr buenos resultados hay que considerar
las siguientes acciones:
· Guiar
y apoyar a los alumnos para que trabajen y piensen por sí mismos.
· Ayudar
a problematizar los contenidos que se abordan.
· Promover
el intercambio entre los estudiantes y el trabajo cooperativo.
· Favorecer
la participación en diversas actividades.
· Facilitar
que los estudiantes puedan participar de la planificación de sus actividades de
aprendizaje y de la valoración sus progresos.
· Habilitar
y estimular el proceso de transferencia de los aprendizajes de las prácticas,
en el contexto particular en el que se encuentran.
1.1.6. Orientaciones de la Enseñanza.
§ La
enseñanza entendida como instrucción:
Destaca la mediación del adulto o profesor como transmisor de un conocimiento o
modelizador de una práctica.
§ La
enseñanza entendida como una guía: Destaca la guía sistemática y metódica por
parte del adulto o profesor y el papel central de la actividad de quienes
aprenden, a través de la observación directa de fenómenos, la búsqueda y la
indignación activa, la resolución de problemas, la reflexión activa y la inventiva.
Estas dos grandes concepciones no deben ser comprendidas
como modelos rígidos, fijos o cerrados en sí mismos. En la realidad las
prácticas de enseñanza no adoptan rígidamente uno y solo uno de estos grandes
enfoques. En su lugar, asumen una orientación general en un momento dado o con
mayor énfasis, pero integrando momentos de la otra orientación en la secuencia
metódica de enseñanza.
§ La
enseñanza siempre implica intenciones de transmisión cultural de una muy
variada gama de contenidos y del desarrollo de diversas capacidades en quienes
aprenden.
§ La
enseñanza implica necesariamente la propuesta de una secuencia metódica de
acciones, sea con mayor orientación hacia la instrucción o hacia la guía, en la
que quienes aprenden puedan elaborar su aprendizaje, a través de la reflexión
interna o en la actividad participativa.
Cualquiera sea la decisión de quienes enseñan, esta
deberá contemplar la coordinación de un sistema de relaciones reguladas entre
quienes aprende, quienes enseñan, los contenidos que se enseñan y el ambiente.
Sea como
instrucción o como guía, la enseñanza siempre tiene implícita la dinámica entre
autoridad y autonomía, y sus resultados son previsibles pero variados y
abiertos.
Siempre es necesario que quienes enseñan reflexionen
sobre estas cuestiones, ampliando la visión y la conciencia en la acción de
enseñar, y adoptando decisiones válidas y valiosas en función de una buena
enseñanza.[2]
1.2. Enseñanza de la Matemática en las
últimas Décadas.
Tradicionalmente el significado de “Saber
Matemática”, en la escuela primaria, estaba basado casi exclusivamente sobre el
conocimiento de los algoritmos: dominar las operaciones fundamentales, la regla
de tres, etc., junto con ciertos conocimientos memorísticos como sistema
métrico decimal, constituían la clave para pasar a niveles superiores. No
obstante, cada día es más cierto que la Matemática abarca campos de la
actividad humana diversos y muy alejados.
En las últimas décadas se han dado numerosas
reformas y cambios en el currículo de la Matemática, pero estos cambios han
dependido más de las características y evolución de la propia disciplina que de
las necesidades socio – cognitivas del alumno.
Hasta la década de los 60, la enseñanza de la
Matemática estaba basada en un modelo algorítmico: Su objetivo era que el
alumno memorizara una serie de “técnicas ad hoc”, encaminadas a resolver problemas básicos desde el punto de vista
matemático. Se tenía la idea que aprender Matemática era aprender técnicas para
realizar operaciones; la comprensión conceptual, o no se planteaba o se daba por supuesto que se lograba a
través del ejercicio continuado y repetido de tales técnicas.
Pero en los años sesenta se produjo en todo
el mundo occidental grandes cambios
curriculares. Dichos cambios se caracterizaron por la introducción de la
llamada Matemática moderna, cuyo objetivo era fomentar el razonamiento
y la capacidad lógica por encima del “mero calculo” en que se basaban las
matemáticas clásicas.
Se pasaba así a un modelo de enseñanza
formalista que pretendía enseñar estructuras matemáticas vacías de contenido
intuitivo. Durante esa época los contenidos de la teoría de conjuntos y del
algebra de Bool (o booliana), llenaron los libros de texto.
La nueva Matemática o la Matemática
conjuntista, creada y difundida a principio de siglo por el grupo Bourbaki,
reinterpretaba las teorías matemáticas existentes, desde un nuevo modelo más
potente y globalizador. Los diversos contenidos matemáticos podían ser
formalizados a partir de una estructura común.
Sin embargo, la introducción de la Matemática moderna no fue nunca bien
recibida ni comprendida por los docentes. La “reforma” se limito a cambiar
unos contenidos por otros o, la mayoría de las veces, a añadir los nuevos
contenidos a los clásicos, con la consecuente sobrecarga de los programas. Las
criticas de enseñantes, matemáticos y psicólogos no se hicieron esperar, y
progresivamente la matemática moderna fue desapareciendo de los currículos,
acusada fundamentalmente de excesivo formalismo y falta de aplicación real.
Consecuentemente, como reacción a este
excesivo formalismo, a principios de los ochenta, surgió una tendencia que
promulgaba enseñar una Matemática más
ligada a la realidad ambiental y a la solución de problemas reales y concretos.
La resolución de problemas ha sido el eje
alrededor del cual ha girado la enseñanza de las matemáticas en la década de
los ochenta, y en este sentido se orienta las recomendaciones de diferentes
documentos elaborados por las principales asociaciones mundiales para la
enseñanza de las matemáticas (National Council of Teachers of Mathematics, 1975
y 1980; International Conference For Mathematic Instruction, 1987).
La creciente complejidad y tecnificación de
la sociedad actual, la presencia de potentes computadoras que realizan
rápidamente complicados cálculos, la interrelación entre las diferentes
ciencias, que exigen un trabajo coordinado e interdisciplinar, etc., están
llevando a matemáticos y profesores a una profunda reflexión sobre cuál es el
tipo de Matemática que se deberá enseñar.
Sin duda, el concepto de utilidad de la
Matemática está cambiando. Su objetivo ya no puede ser la de enseñar a razonar
o el de enseñar un riguroso método deductivo encaminado a validar las propias
teorías matemáticas, si no el de ser instrumento de conocimiento y
transformación de la realidad. Desde esta perspectiva debe entenderse el
movimiento de las “matemáticas para todos”, o la creciente importancia de las
llamadas etno – matemáticas, que se oriente hacia la búsqueda y la enseñanza de
actividades ligadas a la vida cotidiana.
No obstante, hay que preguntarse si este
nuevo enfoque no incurrirá, una vez más, en los mismos errores que llevaron al
fracaso, tanto a las matemáticas clásicas como a las modernas.
En efecto, esta rápida visión de los
sucesivos cambios curriculares lleva a preguntarse si no se trata de un
continuo cambio de contenidos y objetivos, sin que simultáneamente se produzcan
un verdadero cambio metodológico y conceptual.
De una enseñanza basada en un modelo
algorítmico, se paso a una enseñanza basada en un modelo estructural, y ahora,
de nuevo, se propone un modelo algorítmico (resolución de problemas), si bien,
y esto es importante, acompañado de una perspectiva utilitaria, tecnología e
interdisciplinar y de la existencia en la necesidad de comprensión de los
conceptos matemáticos.
Los cambios curriculares descritos han venido
siempre mas determinados por las reflexiones epistemológicas de los propios
matemáticos y filósofos y las nuevas aportaciones o descubrimientos de la
Matemática misma, que por razonamientos sicopedagógicos sobre los procesos de
enseñanza – aprendizaje.
Tanto si se trata de una enseñanza
algorítmica como si es estructural, el problema fundamental es que la enseñanza
de las matemáticas ha sido básicamente formalista. La manipulación de signos y
la primacía de los aspectos puramente sintácticos sobre los semánticos, han
sido una constante.
La matemática es una ciencia fundamental para
la formación de las personas. Se utiliza en todas las actividades cotidianas, y
además es auxiliar para prácticamente todas las demás. Por otro lado, no es una
ciencia cerrada, acabada. Los frecuentes avances en la frontera de la física y
el desarrollo mismo de la Matemática llevan a que el docente deba estar
permanentemente preocupado en su actualización.[3]
CAPÍTULO II:
ENSEÑANZA TEÓRICO-PRÁCTICO DE LA
MATEMÁTICA.
2.1.
Planteamientos Actuales de las Matemáticas en la Educación Primaria.
Todas
las personas no manifiestan las mismas actitudes hacia las matematicas.es una
materia que ha despertado sentimientos encontrados, casi siempre vinculados a
las situaciones vividas en la edad escolar. Por una parte, hay quienes las
relacionan con una fuerte sensación de fracaso y presentan hacia ellas una
mezcla de respeto y aversión. Otras personas, sin embargo, han tenido vivencias
atractivas y gratificantes, lo que ha favorecido en ellas una actitud positiva
hacia esta materia. Aunque en el currículo escolar las matemáticas son tratadas
como una asignatura más, existe una gran presión por parte de todos los
sectores implicados en la vida escolar (profesorado, padres, etc.) para que los
niños destaquen en ellas. La importancia que se da a las matemáticas ha hecho
que cuando un alumno fracasa u obtiene bajas calificaciones se exprese un mayor
malestar por parte de profesores y padres. La opinión de que existe una
relación directa entre el éxito de las matemáticas y la inteligencia, es una
buena medida responsable de estas expresiones.
Sin
embargo, en nuestro entorno hallamos personas que nunca han ido a la escuela y
realizan muy bien tareas como vender en mercados y averiguar los precios de
varias cantidades, confeccionar prendas de vestir, etc. Pero también es
frecuente encontrar niños que terminan la Educación Primaria sin saber
interpretar sencillos gráficos, utilizar correctamente el dinero cuando
compran, o resolver una simple situación problemática de la vida real; diríamos
que no saben aplicar las matemáticas que
supuestamente han aprendido en la escuela.
2.1.1. El Conocimiento Matemático a partir de la
LOGSE. Lo que Debe Ser.
Con
la aplicación y aprobación de la LOGSE cambia la orientación del área de
matemáticas.
A la luz de los planteamientos
epistemológicos se consideran las matemáticas como un saber que se construye en
el que la formalización es un objetivo final y no un punto de partida. Es
decir, hay una diferenciación entre el carácter del saber matemático y la forma
en la que ha de ser adquirido, estos no tienen que ir en paralelo. Desde un
principio se admite que ciertos conocimientos matemáticos pueden ser adquiridos
sin que sea necesario conocer previamente su estructuración formalizada. En
palabras del Diseño Curricular “el proceso de construcción del conocimiento
matemático debe utilizar como punto de partida la propia experiencia práctica
de los alumnos”. Este presupuesto, junto a la voluntad de desacralizar las
matemáticas, son los aspectos en los que se sustenta el planteamiento de la
enseñanza de esta materia. Es decir, los puntos de partida sobre los que se
articulan las matemáticas en el Nuevo Sistema Educativo son: el carácter
constructivo del saber matemático y su capacidad de herramienta de uso general.
Las matemáticas son un conjunto de
conocimientos en evolución continua, en permanente desarrollo y cambio. No es
un saber cerrado, está abierto a innovaciones. Por otro lado se insiste en su
naturaleza dual, explicando que las matemáticas no se agotan en su carácter de
ciencia exacta sino que también tienen un valor funcional como herramienta para
aprehender de manera aproximada a la realidad.
Se insiste también en que hay que
favorecer las actitudes positivas de los
alumnos ante esta materia, hacerles ver que los conceptos y procedimientos
matemáticos estarán a su alcance precisamente por su relación con el
conocimiento del entorno inmediato.
2.1.2. Los Contenidos.
Las matemáticas son un poderoso instrumento
de comunicación, con el que se puede representar, explicar y predecir la
realidad de forma precisa y sin ambigüedades.
Los puntos más importantes para seleccionar y
organizar los contenidos matemáticos son:
A.
su estructura interna particularmente
rica y coherente,
B.
la existencia de estrategias o
procedimientos generales que permiten abordar una misma situación desde ópticas
especificas diferentes y diferentes situaciones desde una misma óptica.
El Diseño Curricular Base (DCB) (1989)
contempla cinco bloques de contenidos. En cada bloque se especifican hechos,
conceptos y principios; procedimientos; actitudes, valores. Los bloques de
contenido son los siguientes:
1.
Números y operaciones: significado y
estrategias.
2.
La medida; información cuantitativa
sobre los objetos y el tiempo.
3.
Orientación y representación en el
espacio.
4.
Las formas en el espacio. En la clase
interrelacionados y nunca disociados entre si, porque el aprendizaje de unos
incide, perfecciona y complementa el de los otros.
5.
Organizar la información: gráficos e iniciación
a la estadística.
Posteriormente en la Cajas Rojas (1992)
aparecen cuatro bloques de contenidos matemáticos, ya que el tercero y el
cuarto del DCB aparecen unificados:
1.
Números y operaciones
2.
La medida
3.
Formas geométricas y situaciones en el
espacio
4.
Organización de la información
Los contenidos de los distintos bloques
deberán presentarse en la clase interrelacionados y nunca disociados entre sí,
porque el aprendizaje de unos incide, perfecciona y complementa el de los
otros. El planteamiento de los contenidos será de forma cíclica en diversos
niveles de complejidad creciente y los contenidos que se contemplan en un
primer nivel serán los previos para niveles siguientes.
2.1.3. Aspectos Matemáticos
que merecen un Tratamiento Especial.
Hay un conjunto de aspectos sobresalientes
del conocimiento matemático que han estado en un segundo plano hasta ahora y
otros que tienen un carácter novedoso y que merecen un tratamiento especial
dentro de la matemática. Estos aspectos son: el cálculo mental, el lenguaje, la
estimación, la resolución de problemas, la geometría y el uso de la calculadora[4].
En el área de matemáticas de las Caja Rojas
(1992) aparece un aspecto más: el azar y la probabilidad.
El cálculo mental, que ha estado olvidado en
Primaria durante bastantes años, cobra una gran importancia dado que la mayor
parte de las operaciones que se necesitan en la vida diaria se hacen
mentalmente. El cálculo mental, además, tiene otra ventaja, y es que favorece
el desarrollo de las capacidades propias de esta etapa, como son: la
concentración, la atención, el interés, y la reflexión para elegir y decidir;
la autoafirmación y la confianza en sí mismo, la flexibilidad en la búsqueda de
soluciones; la capacidad para relacionar, comparar y seleccionar.
El lenguaje juega un papel muy importante en
la adquisición del conocimiento matemático. El niño transforma y construye su
conocimiento en interacción con el grupo clase, es decir, con su maestro y los
compañeros.” A través de las actividades y de las discusiones en matemáticas se
va desarrollando la comprensión de expresión y términos de este tipo, y se va
progresando en el desarrollo del lenguaje matemático en la etapa, enriqueciendo
así su lenguaje habitual”.[5]
La práctica habitual de las escuelas ha sido
trabajar los aspectos referentes a la exactitud en matemáticas. Pero en la vida
cotidiana gran parte de los problemas se resuelven haciendo estimaciones, por
ejemplo, tardare en llegar unos quince
minutos. Aun siendo muy importante la búsqueda de la exactitud, es útil
desarrollar la capacidad de estimar. Si la estimación es inherente a la
solución de problemas de la vida cotidiana, ¿Por qué la escuela, que no es algo
marginal en la vida del niño, no va a fomentar su uso?.
Además la estimación está muy relacionada con
el cálculo, la resolución de problemas y, sobre todo, con el concepto de
medida. Es importante desarrollarla si no se realizan previa y paralelamente
mediciones de objetos reales. De esta forma el error cometido disminuye con el
número de estimaciones realizadas. Es necesario trabajar la estimación desde
los primeros niveles, por lo que hay que habituar al niño a estimar resultados
en los problemas antes de calcularlos y a comprobar la congruencia de los
resultados después de resueltos.
Según el DCB, la resolución de problemas es
un medio de aprendizaje que da sentido aplicativo al área y permite la
interrelación entre los distintos bloques y las restantes áreas. Por todo esto
es un contenido prioritario dentro del currículo de matemáticas.
A la luz de estos planteamientos se considera
la resolución activa de problemas como el método más conveniente de aprender
matemáticas y propone que los problemas seleccionados en la escuela se
extraigan de situaciones que partan de la realidad de los alumnos. También específica
que la dificultad que puede suponer para los alumnos la resolución de problemas
radica, en general, en unos planteamientos metodológicos argumentan diciendo que los alumnos han de
desarrollar y perfeccionar sus propias estrategias a medida que adquieren otras
más generales y especificas. En cuanto a la motivación, propone que los
enunciados de los problemas sean sencillos, tomados de diferentes situaciones y
contextos para que faciliten la adquisición de los contenidos.
La geometría también ha sido olvidada en el
currículo de Educación Primaria y en el mejor de los casos ha sido mal tratada
en estos niveles. No obstante, el entorno del niño está lleno de formas
geométricas: en su casa, en la escuela y en otros espacios en los que se mueve
hay multitud de objetos con formas geométricas, sus juegos están relacionados
con figuras y cuerpos geométricos, etc. Por lo tanto, los contenidos
geométricos han de tratarse desde el comienzo de la etapa aprovechando la
curiosidad del niño por descubrir los objetos
que le rodean y las relaciones que se establecen entre ellos.
Otro aspecto que ha ser tratado desde los
primeros ciclos son los conceptos de azar y probabilidad. Los alumnos “ya
pueden apreciar el carácter aleatorio de un suceso mediante la observación de
fenómenos de la vida cotidiana. Igualmente, los niños pueden decidir de forma
sencilla e impresa el grado de probabilidad de un suceso”.
Por último, cobra gran importancia el uso de
la calculadora. Desterrada hasta ahora de las aulas por gran parte de los
profesores, su empleo puede considerarse como un instrumento de cálculo que
mejora la enseñanza actual de las matemáticas y que abre nuevas posibilidades
educativas. El aprendizaje, para un uso valido de la calculadora, no puede
realizarse de forma aislada, los niños deben usar razonablemente esta máquina
cuando convenga hacerlo, dentro de un contexto adecuado, al servicio del
aprendizaje de estrategias y favoreciendo en el alumnado el aprender a pensar.[6]
DEBERIA
SER
|
ES
|
Conocimiento dinámico
Saber que se construye
Herramienta para la vida cotidiana
|
Conocimiento
estático
Saber
prefijado
Matemática
para la escuela
|
COBRA
IMPORTANCIA
|
SE HACE
|
El calculo
mental
Lenguaje e interacción con los compañeros. Lenguaje matemático.
La estimación
La resolución de problemas
La geometría
El azar y la probabilidad
|
Largas
paginas para mecanizar operaciones
Aprendizaje
en solitario, con el libro de texto.
La
exactitud
Realización
de ejercicios
Se pasa la
geometría para terminar la aritmética
Solo cuando
hay tiempo. Se lleva a cabo con los ejercicios del libro.
|
Planteamiento de la enseñanza de las
matemáticas en Educación Primaria[7]
2.2. La Enseñanza de la Matemática según el Ministerio de Educación-
Rutas de Aprendizaje.
2.2.1. Desarrollando Escenarios de
Aprendizaje.
El desarrollo progresivo de las competencias matemáticas pasa por
el desarrollo de las capacidades. Esto supone condiciones adecuadas para que
las experiencias de aprendizaje sean dinámicas, es decir, desencadenen diversas
acciones y situaciones. Este es el verdadero sentido de una matemática centrada
en la resolución de problemas. Por esto es importante reconocer algunos escenarios
de aprendizaje, entendiéndolos como complementarios entre sí:
a)
Laboratorio matemático
Es
donde el estudiante a partir de actividades vivenciales, lúdicas y de
experimentación llega a construir conceptos y propiedades matemáticas partiendo
de una situación problemática.
b)
Taller de matemática
Es
donde el estudiante pone en práctica los aprendizajes que ha ido desarrollando
en un periodo curricular. En el taller despliegan diversos recursos (técnicos,
procedimentales y cognitivos) en la intención de resolver situaciones
problemáticas haciendo uso de diversas estrategias de resolución.
c)
Proyecto matemático
Hoy
se demanda que la matemática se vuelva una práctica social. Por eso se necesita
promover espacios donde se propicie el acercamiento a aspectos de la realidad
en diversos contextos. Esto supone diseñar un conjunto de actividades para
indagar y resolver una situación problemática real, con implicancias sociales,
económicas, productivas y científicas.
2.2.2. La Resolución de Problemas
y el Desarrollo de Capacidades.
Un aspecto fundamental que se debe propiciar en el proceso de
aprendizaje de la matemática es el desarrollo de capacidades para la resolución
de problemas, que implican promover la matematización, representación,
comunicación, elaboración de estrategias, utilización del lenguaje matemático y
la argumentación, todas ellas necesarias para resolver situaciones
problemáticas de la vida cotidiana.
2.2.3. El Planteamiento del Problema.
El planteamiento del problema es la etapa en que se identifican
las diferentes características de la situación que se necesitan considerar para
elegir las actividades matemáticas que nos pueden conducir a su solución. Esta
etapa permite introducir tres aspectos importantes a tener en cuenta para
seleccionar y caracterizar las tareas matemáticas:
25ANIMALES NÚMERO
DE ANIMALES
A.
El nivel de razonamiento que exigen las
tareas matemáticas. Durante el proceso de aprendizaje, este nivel
de exigencia tendrá que evolucionar de menos a más, lo que supondrá un
desarrollo cada vez mayor de las capacidades matemáticas de los estudiantes.
B.
Los cambios en el planteamiento del
problema arrastran consecuencias en las tareas matemáticas implicadas. Cada
nueva característica que se le atribuya o se le suprima, puede suponer
exigencias de razonamiento distintas y tareas diferentes para su resolución.
C. Las
tareas matemáticas, que se deducen del planteamiento del problema
deberían:
• Permitir a los
estudiantes pensar sobre las situaciones problemáticas, más que recordar
artificios o artimañas matemáticos.
• Reflejar ideas
matemáticas importantes y no solo hechos y procedimientos.
• Permitir a los
estudiantes usar sus conocimientos previos.
2.2.4. Características Relevantes
de las Situaciones Problemáticas.
A. situaciones
problemáticas de contexto real
L as situaciones
problemáticas a plantear en clases deben surgir de la propia experiencia del
estudiante, considerar datos de la vida real planteados por el mismo alumno.
B. Situaciones
problemáticas desafiantes
L as situaciones
problemáticas que se plantean a los estudiantes deben ser desafiantes e
incitarles a movilizar toda la voluntad, capacidades y actitudes necesarias
para resolverlas.
C. Situaciones
problemáticas motivadoras
L as situaciones
problemáticas que se plantean a los estudiantes deben ser motivadoras, es
decir, deben despertar su curiosidad y su deseo de buscar soluciones por sí
mismos.
D. Situaciones
problemáticas interesantes
Las situaciones
problemáticas que se planteen a los estudiantes han de ser interesantes para
ellos, a fin de comprometerlos en la búsqueda de su solución.
2.2.5. La Resolución de Problemas.
La resolución de problemas requiere una serie de herramientas y
procedimientos, como interpretar, comprender, analizar, explicar, relacionar,
entre otros. Se apela a todos ellos desde el inicio de la tarea matemática, es
decir, desde la identificación de la situación problemática hasta su solución.
Es necesario ayudar a los estudiantes a identificar las fases que
se requieren hasta la solución, generar un ambiente de confianza y
participación en clase, y hacer una evaluación sistemática de sus esfuerzos. No
perder de vista que lo principal no es llegar a la “solución correcta”, sino
posibilitar el desarrollo de sus propias capacidades matemáticas para resolver
problemas.
Las fases que se pueden distinguir para resolver un problema son:
1. Comprender el problema.
2. Diseñar y adaptar una estrategia.
3. Ejecutar la estrategia.
4. Reflexionar sobre el proceso.
v FASE
1: Comprender el problema
Esta
fase está enfocada en la comprensión de la situación planteada. El estudiante
debe leer atentamente el problema y ser capaz de expresarlo en sus propias
palabras (así utilice un lenguaje poco convencional). Una buena estrategia es
hacer que explique a otro compañero de qué trata el problema y qué se está
solicitando. O que lo explique sin mencionar números.
El
docente debe indicar al estudiante que lea el problema con tranquilidad, sin
presiones ni apresuramientos; que juegue con la situación; que ponga ejemplos
concretos de cada una de las relaciones que presenta, y que pierda el miedo
inicial. También debe tener presente la necesidad de que el alumno llegue a una
comprensión profunda (inferencial) de la situación y de lo inútil que para la
comprensión resulta repetir el problema, copiarlo o tratar de memorizarlo.
v FASE
2: Diseñar o adaptar una estrategia de solución.
En
esta fase el estudiante comienza a explorar qué caminos puede seguir para
resolver el problema. Diseñar una estrategia de solución es pensar en qué
razonamientos, cálculos, construcciones o métodos le pueden ayudar para hallar
la solución del problema. Dependiendo de la estructura del problema y del
estilo de aprendizaje de los estudiantes, podrán elegir la estrategia más
conveniente.
Esta
es una de las fases más importantes en el proceso de resolución, en la que el
estudiante activa sus saberes previos y los relaciona con los elementos del
problema para diseñar una estrategia que lo lleve a resolver con éxito el
problema. Contar con un buen conjunto de estrategias potencia los conocimientos
con los que cuenta el estudiante, por ello debemos asegurarnos de que
identifique por lo menos una estrategia de solución.
Entre estas tenemos:
• Hacer la
simulación. Consiste en representar el problema de forma vivencial mediante
una dramatización o con material concreto y de esa manera hallar la solución.
• Organizar la
información mediante diagramas, gráficos, esquemas, tablas, figuras,
croquis, para visualizar la situación. En estos diagramas, se deben incorporar
los datos relevantes y eliminar la información innecesaria. De esta forma el
estudiante podrá visualizar las relaciones entre los elementos que intervienen
en un problema.
• Buscar problemas
relacionados o parecidos que haya resuelto antes. El niño puede buscar
semejanzas con otros problemas, casos, juegos, etc., que ya haya resuelto
anteriormente. Se pueden realizar preguntas como: “¿A qué nos recuerda este
problema?” o “¿Es como aquella otra situación?”.
• Buscar patrones.
Consiste en encontrar regularidades en los datos del problema y usarlas en la
solución de problemas.
• Ensayo y error.
Consiste en seleccionar algunos valores y probar si alguno puede ser la
solución del problema. Si se comprueba que un valor cumple con todas las
condiciones del problema, se habrá hallado la solución; de otra forma, se
continúa con el proceso.
• Usar analogías.
Implica comparar o relacionar los datos o elementos de un problema, generando
razonamientos para encontrar la solución por semejanzas.
• Empezar por el
final. Esta estrategia se puede aplicar en la resolución de problemas en
los que conocemos el resultado final del cual se partirá para hallar el valor
inicial.
• Plantear
directamente una operación. Esta estrategia se puede aplicar en la
resolución de problemas cuya estructura aritmética sea clara o de fácil
comprensión para el estudiante.
v FASE
3: Ejecutar la estrategia
Dentro
de un clima de tranquilidad, los estudiantes aplicarán las estrategias o las
operaciones aritméticas que decidieron utilizar.
En esta fase el
docente debe asegurar que el estudiante:
• Lleve a cabo las
mejores ideas que se le han ocurrido en la fase anterior.
• D é su respuesta en
una oración completa y no descontextualizada de la situación.
• U se las unidades
correctas (metros, nuevos soles, manzanas, etc.).
• Revise y reflexione
si su estrategia es adecuada y si tiene lógica.
• Actúe con
flexibilidad para cambiar de estrategia cuando sea necesario y sin rendirse
fácilmente.
v FASE
4: Reflexionar sobre lo realizado
Esta
etapa es muy importante, pues permite a los estudiantes reflexionar sobre el
trabajo realizado y acerca de todo lo que han venido pensando.
Esta
fase es propicia para desarrollar las capacidades de comunicar y justificar sus
procedimientos y respuestas.
• En esta fase los
estudiantes ponen en práctica la estrategia que eligieron.
• El docente estará
pendiente del proceso de resolución del problema que siguen los estudiantes y
orientará, sobre todo, a quienes lo necesiten.
• Es posible que, al
aplicar la estrategia, se dé cuenta de que no es la más adecuada, por lo que
tendrá que regresar a la fase anterior y diseñar o adaptar una nueva.
El docente debe
propiciar que el estudiante:
• Analice el camino o
la estrategia que ha seguido.
• Explique cómo ha
llegado a la respuesta.
• Intente resolver el
problema de otros modos y reflexione sobre qué estrategias le resultaron más
sencillas.
• Formule nuevas
preguntas a partir de la situación planteada.
• Pida a otros niños
que le expliquen cómo lo resolvieron.
• Cambie la
información de la pregunta o que la modifique completamente para ver si la
forma de resolver el problema cambia. [8]
2.3. Investigación sobre la Enseñanza.
GAGE (1963) presentó una amplia reseña de los paradigmas
para la investigación sobre la enseñanza en el primer Handbook of Researchon
Teaching, compilado bajo su dirección. Revisó una gran cantidad de ejemplos de
paradigmas tomados de otras ciencias sociales, que podrían resultar valiosos
para los estudios de la enseñanza, y después procedió a examinar los que se habían
usado para la investigación sobre la enseñanza en el aula. Sin duda, la fuente
más influyente de paradigmas para el estudio de la enseñanza provenía de la
psicología, y especialmente de la perspectiva conductista, experimental y
funcional de esa disciplina. Gage definió los paradigmas de «criterio de
eficacia» que especificaban los criterios para juzgar el éxito con que un
docente había realizado sus tareas, y relacionaba ese criterio con una serie de
correlatos potenciales para discernir aquellos que estaban más consistente y
fuertemente asociados con el logro del criterio Correlatos potenciales Criterio de eficacia.
Gage distinguió entre varios tipos de criterios de
eficacia (y micro criterios, variables, de resultados específicos y no
generales) así como también entre varios tipos de modelo. Después examinó los
paradigmas del «proceso-de-enseñanza», donde el énfasis de la investigación
estaba puesto en caracterizar las conductas observables del profesor y el
estudiante en el aula, en tanto que estaban relacionadas con las medidas del
desarrollo del alumno. Al resumir los diversos modelos de investigación del
proceso de la enseñanza encontró cuatro elementos comunes. Estos eran:
a) Los
procesos perceptuales y cognitivos del enseñante que daban como resultado.
b) Elementos
de acción por parte del profesor.
c) Los
actos del profesor van seguidos de procesos perceptuales y cognitivos por parte
del alumno, lo cual a su vez conduce a acciones por parte de los alumnos.
En esta importante y temprana caracterización de los
paradigmas de investigación, es de algún modo paradójico que los estados
internos cognitivo y afectivo, tanto de los educandos como de los educadores,
reciban igual peso que las acciones observables de ambos. A medida que el campo
continuaba desarrollándose, declinó el interés por estos estados perceptuales y
cognitivos, que se supone producen y son mediadores de la conducta observable.
El programa de investigación dominante para el estudio de la enseñanza
combinaba un micro criterio de eficacia (rendimiento académico verificado) y
correlatos del proceso de enseñanza.
Gage reconoció las limitaciones de estos paradigmas.
Comentó la importancia de las aulas como lugares donde los docentes deben
tratar con más de un alumno cada vez, hecho a menudo ignorado por los modelos
entonces en boga. También observó que la unidad de interacción connotada por
aquellos paradigmas era típicamente la «interacción única», ignorando los
intercambios mayores y más complejos que constituían las características más
importantes del proceso del aula. Por otra parte, era imprescindible iniciar la
tarea sumamente dificultosa de estudiar la conducta en clase, y se hacían
necesarias una serie de simplificaciones. Esas simplificaciones las
proporcionaron los primeros modelos e hicieron posibles los primeros pasos
importantes en el desarrollo del campo.
Unos diez años más tarde, en The Study of Teaching,
DUNKIN Y BIDDLE (1974) construyeron un modelo para la investigación de la
enseñanza basado en una formulación anterior de MITZEL (1960). Ellos planteaban
cuatro clases de variables: variables de presagio (características del
profesor, experiencias, formación y otras propiedades que influyen sobre la
conducta docente); variables de contexto (propiedades de los alumnos, de la
escuela y la comunidad y del aula); variables de proceso (acciones observables
de profesores y alumnos en el aula); y variables de producto (efectos
inmediatos y a largo plazo de la enseñanza sobre el desarrollo del alumno en lo
intelectual, lo social, lo emocional, etc.). Aunque es injusto caracterizar con
demasiada simplicidad un trabajo tan elaborado y clarividente, su formulación
tuvo un enorme impacto en el campo. El énfasis sobre los estudios que vinculan
los procesos a los productos no comenzó con las reseñas de estos autores. Pero
su libro dio un gran impulso al trabajo sobre el proceso-producto y ayudó a
incluirlo en una matriz teórica más amplia. Además, proporcionaron un
vocabulario de trabajo para los que los siguieron, e hicieron posible describir
lo que se estaba estudiando y cómo se iba progresando. En el apartado siguiente
se presentará un modelo más general de investigación sobre la enseñanza,
reflejando los cambios ocurridos en el campo, tanto los observados como los
necesarios, durante la última década.
Los determinantes potenciales de la enseñanza y el
aprendizaje en el aula son los tres atributos significativos de los actores:
capacidades, acciones y pensamientos. Las capacidades son las características
relativamente estables y duraderas de aptitud, propensión, conocimiento o
carácter propios de los actores, y sin embargo, susceptibles de modificación a
través del aprendizaje o del desarrollo. Las acciones comprenden las
actividades, el rendimiento o la conducta de los actores, los actos de habla o
los actos físicos observables de los profesores y de los estudiantes. Los
pensamientos son las cogniciones, las meta cogniciones, las emociones y los
propósitos: los estados mentales y emocionales tácitos que preceden, acompañan
y siguen a las acciones observables, oscureciendo con frecuencia (o reflejando)
cambios en las capacidades más duraderas. Tanto los pensamientos como la
conducta pueden convertirse en capacidades (bajo la forma, por ejemplo, de
conocimiento y hábitos o habilidades). Las actividades de la enseñanza pueden
tener lugar dentro de una serie de contextos, «entornos» que definen en parte
el medio en el cual se produce la enseñanza: individual, de grupo, la clase, la
escuela, la comunidad. Dentro de cada uno de estos niveles colocados uno dentro
de otro.
Se producen las dos clases de transacciones que comprende
la vida en el aula. Se llevan a cabo dos clases de actuaciones, se negocian dos
tipos de currículum. Una de las actuaciones se da en el aspecto organizativo,
de interacción, social y de desarrollo de la vida en el aula, llamado a veces
el currículum oculto, aunque su visibilidad ha mejorado sensiblemente a medida
que se va estudiando. La otra forma de transmisión tiene lugar mediante las
tareas académicas, la asignación escolar, el contenido del aula y el currículum
explícito.
Los contenidos de estas dos actuaciones, estas formas de
transmisión pedagógicas, constituyen la esencia misma de la empresa
educacional, porque definen para qué sirven las escuelas, cuáles son los
propósitos que están destinadas a cumplir. Los propósitos generales y duales de
la transmisión del dominio de los contenidos de un currículum, que comprende
muchas materias, habilidades y actitudes, la socialización de una generación de
jóvenes por medio de las tareas comunes del aula definen la esencia de la vida
en ella.
Dado que los hechos que vamos a tratar de comprender
ocurren en las aulas y en las escuelas, invariablemente se producen al servicio
de enseñar algo. Por lo general ese algo es susceptible de caracterizarse como
el contenido de una materia (por ejemplo las ecuaciones de segundo grado, la
redacción de oraciones, el análisis morfológico, la ley de Bayle), una
determinada serie de habilidades, estrategias, procedimientos o conocimientos relativos
a la materia, o una serie de resultados de socialización. El contenido no debe
visualizarse sólo como una «variable» de contexto, comparable al tamaño de la
clase o al clima del aula. El contenido y los propósitos por los cuales se
enseña todo esto son el corazón mismo de los procesos de enseñanza-aprendizaje.[9]
SMITH (1983) lo expresó claramente cuando afirmó que «el profesor interactúa
con el estudiante dentro y a través del contenido; y el estudiante interactúa
con el profesor del mismo modo”. [10] Aunque
rara vez el contenido transmitido para determinados propósitos ha sido una
parte fundamental de los estudios sobre la enseñanza, es indudable que merece
un lugar en nuestro mapa, aunque sólo sea para recordarnos nuestro olvido con
respecto a él.
Por último, la perspectiva adoptada por el investigador
puede ser la de un observador exterior que intenta descubrir las relaciones
entre las características observables; o bien el énfasis se puede poner en el
descubrimiento de los significados construidos por los participantes mientras
intentan explicar las circunstancias que ambos afrontan y crean. Estos dos
aspectos se denominan a veces el aspecto positivista y el interpretativo, o
bien el ético y el émico (siguiendo la tradición de la lingüística de distinguir
entre los análisis fonéticos y los fonémicos).
Así, por ejemplo, la investigación tradicional sobre las
características del profesor examinaba por lo general las relaciones entre los
indicadores de las capacidades del enseñante (puntuaciones de tests del
profesor, años de experiencia, aspectos de personalidad) y de las capacidades
del estudiante (puntuaciones de tests de rendimiento, actitudes hacia sí mismo
o hacia la escuela). Otras veces se vinculaban las capacidades del profesor con
las acciones de los alumnos (por ejemplo, los promedios de satisfacción de los
estudiantes con el curso).
La tradición de proceso-producto estudia las relaciones
de la actividad docente y las consiguientes capacidades del estudiante. El
programa de Tiempo de Aprendizaje Académico vincula la actividad docente con
las acciones del estudiante, deducidas a partir de la distribución del tiempo
hecha por los propios estudiantes. El programa de mediación del estudiante se
centra en sus pensamientos y sentimientos, por lo general en relación con las
acciones del profesor y las consiguientes acciones o capacidades del
estudiante.
El programa de cognición del profesor examina las
relaciones del pensamiento del profesor con su propia acción (por ejemplo,
estudios de sistemas de juicio y asignaciones de los alumnos a grupos de
lectura por parte de los profesores). El programa de la ecología del aula
examina las influencias recíprocas de las acciones del profesor y del
estudiante, frecuentemente iluminadas por aspectos del pensamiento.
Posteriormente, las diferentes pautas de interacción pueden vincularse a
cambios en las capacidades de los estudiantes. El estudio de la enseñanza
implica por lo general llegar a comprender las relaciones, bajo la forma de
causas o razones, entre estos diferentes aspectos de la enseñanza y el
aprendizaje[11].
2.4. Enseñanza Teórica de la Matemática.
Se adopta una perspectiva piagetiana, en el sentido de
que se postula que todo conocimiento se construye por interacción constante
entre el sujeto y el objeto, pero se distingue de otras teorías
constructivistas por su modo de afrontar las relaciones entre el alumno y el
saber. Los contenidos son el substrato sobre el cual se va a desarrollar la
jerarquización de estructuras mentales.
Pero además, el punto de vista didáctico imprime otro
sentido al estudio de las relaciones entre los dos subsistemas (alumno -
saber). El problema principal de investigación es el estudio de las condiciones
en las cuales se constituye el saber pero con el fin de su optimización, de su
control y de su reproducción en situaciones escolares. Esto obliga a conceder
una importancia particular al objeto de la interacción entre los dos
subsistemas, que es precisamente la situación - problema y la gestión por el
profesor de esta interacción.
Una situación didáctica es un conjunto de relaciones
explícita y/o implícitamente establecidas entre un alumno o un grupo de
alumnos, algún entorno (incluyendo instrumentos o materiales) y el profesor con
un fin de permitir a los alumnos aprender – esto es, reconstruir algún
conocimiento. Las situaciones son específicas del mismo.
Para que el alumno "construya" el conocimiento,
es necesario que se interese personalmente por la resolución del problema
planteado en la situación didáctica. En este caso se dice que se ha conseguido
la devolución de la situación al alumno.
Para
que el alumno "construya" el conocimiento, es necesario que se
interese personalmente por la resolución del problema planteado en la situación
didáctica. En este caso se dice que se ha conseguido la devolución de la
situación al alumno. El proceso de resolución del problema planteado se compara
a un juego de estrategia o a un proceso de toma de decisiones. De este modo, la
teoría de situaciones es una teoría de aprendizaje constructiva en la que el
aprendizaje se produce mediante la resolución de problemas. Como teoría de
resolución de problemas, asigna un papel crucial al resolutor. Comparada, por ejemplo a la Teoría del
Procesamiento de la Información que asimila el proceso de resolución con el
funcionamiento de un ordenador, asigna al resolutor el papel de un decisor que
desea hallar la estrategia ganadora y tiene la posibilidad de modificar su
estrategia inicial una vez iniciado el proceso de solución.
Por otro lado, debido a la peculiar característica del
conocimiento matemático que incluye, tanto conceptos, como sistemas de representación
simbólica y procedimientos de desarrollo y validación de nuevas ideas
matemáticas, es preciso contemplar varios tipos de situaciones:
SITUACIONES DE ACCIÓN,
sobre el medio, que favorecen el surgimiento de teorías (implícitas) que
después funcionarán en la clase como modelos proto-matemáticos.
SITUACIONES DE FORMULACIÓN, que
favorecen la adquisición de modelos y lenguajes explícitos. En estas suelen
diferenciarse las situaciones de comunicación que son las situaciones de
formulación que tienen dimensiones sociales explícitas.
SITUACIONES DE VALIDACIÓN,
requieren de los alumnos la explicitación de pruebas y por tanto explicaciones
de las teorías relacionadas medios que subyacen en los procesos de
demostración.
SITUACIONES DE INSTITUCIONALIZACIÓN: que
tiene por finalidad establecer y dar un "status" oficial a algún
conocimiento aparecido durante la actividad de la clase. En particular se
refiere al conocimiento, las representaciones simbólicas, etc., que deben ser
retenidas para el trabajo posterior.[12]
2.5. Enseñanza Práctica de la Matemática.
Las leyes
describen y presentan una
matemática acorde con los tiempos
actuales; sin embargo, en la práctica escolar
se reproducen las mismas
estrategias matemáticas que utilizaron hace años en la formación de los actuales maestros.
Los niños
“aprenden”, si se puede llamar aprender, las
grafías de los números
repitiéndolas una y otra vez, en
ocasiones escriben el número, aunque no lo comprenden y hacen grandes paginas de suma y resta, una vez aprendido el mecanismo.
Las
actividades con el libro de textos consisten en
rellenar y hacer ejercicios
repetitivos que posteriormente y en el mejor de los casos, serán corregidos
por los profesores que las
calificará como bien o mal sin dar al alumno la oportunidad de discutir
sobre la actividad realizada.
En los
niveles superiores de educación primaria
se utiliza como material exclusivo
los libros de textos, se apoya la
realización de la actividad de
forma individual y las correcciones de grupo, se han observado
el fomento de las actividades que
favorecen el pensamiento
convergente y las repeticiones
mecánicas.
Las
matemática tal y como y como se viene
trabajando usualmente en la escuela
no fomentan la aparición de la intuición ni del razonamiento matemático, tampoco
favorece la resolución de problemas. Como sólo se estimulan actividades mecánicas, es significativo ver que los niños y las niñas dejan encontrarle sentido a la
experiencia de aprender matemáticas, se vuelven receptores
pasivos de reglas y procedimientos , más
que participantes activos en la creación
de conocimientos. Esta forma de concebir
la matemática inhibe en el niño la capacidad de pensar, de construir su
conocimiento, de convertirse en un
individuo crítico y creativo y fomenta, por el contrario, la pasividad,
la conformidad y en suma, la
mediocricidad.
Si se
consigue una buena intervención en matemáticas, se ha demostrado que se
convierte en materia clave de los
primeros años de la escolaridad obligatoria[13].
Las
matemáticas ayudan al niño a desarrollar su inteligencia, les enseña a pensar,
favorecen al desarrollo de las
capacidades y procesos cognitivos,
facilitan la comunicación con el
profesor y su grupo de iguales, a la vez
que le posibilitan para encontrar y
usar estrategias, repercutiendo sus
logros en las demás áreas, así
como en su desarrollo
integral como persona inmersa en una sociedad.
La
matemática se puede convertir en el
vehículo que propicié en los estudiantes
un enfoque de aprendizaje profundo y de alto rendimiento frente a otro más superficial centrado en hechos y en la memorización[14].
Las investigaciones han demostrado
una relación positiva y alta entre estos dos factores. Por eso el
planteamiento anclado en el tiempo que
se está dando a esta materia ha de terminar y en el aula los profesores han de posibilitar un tratamiento distinto siendo todas las propuestas un tratamiento distinto , siguiendo todas
las propuestas y recomendaciones que expresamos a continuación.
CAPÍTULO III:
ENFOQUES TEÓRICOS.
3.1. Principios en los que se basa la
Enseñanza de las Matemáticas
Existen cuatro principios que hay que seguir
para enseñar matemática en la etapa de Primaria. Los principios están basados
en cómo los niños aprenden y son los siguientes:
1. Promover
el uso de los procesos cognitivos.
2. Hacer
hincapié en los conceptos de aprendizaje y en las generalizaciones.
3. Favorecer
la motivación intrínseca.
4. Atender
a las diferencias individuales.[15]
I.
PROMOVER EL USO DE LOS PROCESOS COGNITIVOS
Aprender matemática implica pensar, formar y
reelaborar esquemas o estructuras de conocimientos matemáticos. Para crear y
organizar los conocimientos matemáticos los niños deben usar procesos cognitivos
tales como comparar, inferir, etc. Además, manipular mentalmente estos
contenidos. Los procesos cognitivos, para su estudio, se van a clasificar
atendiendo a seis categorías: recibir, interpretar, organizar, aplicar,
recordar y resolver problemas.
A.
Recibir
Consiste en estar alerta a los estímulos
existentes, ya provengan de situaciones informales o formales de aprendizaje.
El proceso cognitivo es:
A.1.
Atender: Se traduce en mantener conciencia de, percibir, observar.
B.
Interpretar
Es usar las experiencias pasadas o ideas
previas para comprender las presentes o los nuevos conocimientos. Interpretar
es usar el aprendizaje anterior para hacer la nueva experiencia significativa.
Se fundamenta en comprender, y los procesos cognitivos implicados son:
B.1.
Traducir: Es poner algo en otra forma de expresión (concreta, gráfica o
simbólica), etiquetar y/o calificar.
B.2.
Comparar: Consiste en señalar las semejanzas y diferencias. Discriminar.
B.3.
Clasificar: Es agrupar siguiendo algún criterio o distinguiendo atributos.
Categorizar.
B.4.
Ordenar: Es colocar los términos en series crecientes o decrecientes, por
atributos o características. Es secuenciar.
C.
Organizar
E s
formar y estructurar las ideas matemáticas. Incluye los siguientes procesos cognitivos:
C.1.
Relacionar: Consiste en conectar propiedades en términos cuantitativos y
cualitativos. Es asociar términos percibidos, atributos definidos o procesos.
Transformar.
C.2.
Preguntar: es interrogar para clasificar. Señalar inconsistencias. Inquirir.
C.3.
Inferir: E s la razón para los conceptos abstractos. Modelos o reglas
particulares.
C.4.
Resumir: es condensar contenidos. Señalar las ideas principales. Esquematizar.
D.
Aplicar
Es usar en una situación nueva los contenidos
matemáticos previamente aprendidos. Incluye los siguientes procesos cognitivos:
D.1.
Predecir: Es presagiar. Exponer consecuencias. Estimar.
D.2.
Evaluar: Es verificar una solución. Consiste en juzgar.
D.3.
Plantear hipótesis: Es postular una relación.
D.4.
Comprobar: Es idear y llevar a cabo un
plan para verificar una hipótesis.
E.
Recordar:
Es un esfuerzo deliberado para evocar. Los
procesos cognitivos son:
E.1.
Ensayar: Es repasar y organizar acciones e ideas con objeto de recordar más
tarde. Practicar.
E.2.
Imaginar: Es usar representaciones visuales o auditivas de objetos o sucesos.
Dibujar mentalmente.
E.3.
Retener: Es traer a la memoria, recobrar ideas, centrarse en las experiencias
pasadas (conocimientos previos). Usar reglas.
F.
Resolver
problemas:
Es hallar soluciones a situaciones no
resueltas. En esta categoría se combinan los procesos cognitivos anteriormente
estudiados.
Se propone una nueva categoría: el planteamiento de problemas, en ella
también se combinan todos los procesos cognitivos anteriormente estudiados.
Aprender es un proceso en el que se crean
significados integrando las experiencias nuevas con los conocimientos que el
niño ya dispone y ha organizado de experiencias pasadas. Para fomentar el uso
de los procesos cognitivos, los maestros deben diseñar o programar en el aula
actividades ideadas para el aprendizaje de un proceso cognitivo particular,
como por ejemplo ordenar; a la vez que han de emplear los procesos cognitivos
para estudiar y aprender los diferentes contenidos matemáticos.
Con los niños pequeños se deben trabajar
sobre todos los procesos cognitivos de recibir, interpretar y recordar. A los
niños que empiezan Educación Primaria se les han de presentar situaciones que
les permitan observar, escuchar y crear imágenes mentales. También han de
comparar, clasificar y ordenar mientras llevan a cabo actividades que requieren
investigar con objetos y solucionar problemas relacionados con los sucesos de
la vida cotidiana. A los alumnos mayores se les asignan tareas que exijan
desarrollar los procesos de las categorías de organizar y aplicar. De la misma
manera, se les guía para que usen los distintos pasos en la solución, llevar a
cabo el plan y evaluar la solución.
Los maestros en Educación Primaria deben
diseñar actividades y dar a los niños suficientes oportunidades para usar los
procesos cognitivos apropiados que les permitan aprender matemáticas.
II.
CONCEPCIONES
Y GENERALIZACIONES.
Los conceptos y generalizaciones se
construyen mientras procesamos las experiencias matemáticas mentalmente,
enriqueciendo los contenidos previos matemáticos. Los profesores no pueden
enseñar directamente conceptos y generalizaciones, sólo deben facilitar
experiencias que conduzcan al alumnado a crear sus propios conceptos y
generalizaciones. Los profesores que entienden que los niños forman sus propias
ideas, ven la instrucción matemática como un proceso de control y no de
transmisión. Para controlar el aprendizaje el profesorado ha de formular a los
niños frecuentemente preguntas que estimulen su reflexión. También han de
asignarles actividades de aprendizaje que requieran de los niños la utilización
de procesos cognitivos distintos del ensayo y la retención[16].
III.
FAVORECER
LA MOTIVACIÓN INTRÍNSECA.
La concepción constructivista del aprendizaje
se asienta en unos pilares que hay que tener en cuenta a la hora de enseñar: el
grado de desarrollo o la capacidad general del alumno, sus conocimientos
previos, la motivación para aprender significativamente y sus intereses
personales. Por lo tanto la motivación es un componente básico de la
planificación y desarrollo de las situaciones de enseñanza. Sin la relación
afectiva entre el alumno y el contenido que se le presenta para su aprendizaje,
la probabilidad de fracaso en el proceso de enseñanza y aprendizaje resulta clara.
Incluso la desmotivación del alumnado o del profesorado desvaloriza cualquier
método de enseñanza que se adopte. El diseño y desarrollo de una matemática
motivadora dependerá en buena medida de tres factores: 1. La convicción con la
que el maestro asuma su importancia, 2. La intencionalidad motivadora
considerada en sus diversos elementos constitutivos, y 3. Su concreción en la
práctica de cada día. Para que las matemáticas sean motivadoras además de estos
tres elementos se ha de tener en cuenta las características de los alumnos a
los que van dirigidas, todos han de atribuirle un significado en función de su
diversidad de intereses y capacidades.
La motivación es un estímulo para alcanzar
ciertos objetivos. Las fuentes de la motivación pueden ser internas (motivación
intrínseca) y externas (motivación extrínseca). Un ejemplo de motivación
extrínseca es cuando un niño realiza un esfuerzo para obtener buenas notas en
matemática con el fin de ganar el elogio de los padres o del maestro. En este
ejemplo se aprecia el enfoque que se le da a la tarea escolar como instrumento
o vía para conseguir cosas sin valor educativo.
Este tipo de motivación tiene limitaciones,
por ejemplo su efecto no es muy duradero y a veces puede ser contrario al
deseado; por lo tanto, es necesario hacer buen uso de este tipo de motivación y
no recurrir con frecuencia a ella.[17]
Tanto la motivación intrínseca como la
extrínseca contribuyen al aprendizaje de los matemáticos. Sin embargo, los
maestros deben interesarse más por la motivación intrínseca. En primer lugar,
esta se autorregula y puede aportar perseverancia para llevar a cabo
actividades; en segundo lugar, se puede confiar más en ella que en la
motivación extrínseca, puesto que está bajo el control del que aprende; por
último la motivación intrínseca está entrelazada con el conocimiento y es un
estímulo poderoso para la comprensión.
La motivación intrínseca se relaciona con la
tarea y se trata de que la misma realización de la tarea se convierta para los
alumnos en una experiencia gratificante, para ello han de darse situaciones de
enseñanza en las que se posibilite al alumno un grado óptimo de desafío: ni muy
fáciles ni muy difíciles y acordes con la competencia del alumno.
La motivación interna en matemáticas implica
el interés por esta materia y el deseo de progresar. Por ejemplo, los niños
motivados intrínsecamente gastaran energía en idear una situación problemática,
resolver un rompecabezas o conseguir una nota máxima en una prueba, porque la
consecución de este objetivo le satisface personalmente. El aprendizaje puede
ser una recompensa en sí mismo y a medida de que el conocimiento del alumno se
va ampliando, busca espontáneamente retos cada vez más difíciles.[18]
3.2. Aspectos significativos en los que se
apoya la enseñanza de las Matemáticas
en la Etapa de Educación Primaria.
Las pautas más útiles que ha de seguir un
maestro para trabajar las matemáticas con los niños de los primeros niveles de
la Educación Primaria son las siguientes:
A.
Proporcionar experiencias de aprendizaje
a los alumnos que pongan en juego los procesos cognitivos de las categorías de
recibir, interpretar y recordar.
B.
Diseñar actividades nuevas y diferentes
que comprendan parte de los contenidos que los niños conocen.
C.
Formular en la clase diferentes
preguntas, sobre todo inductivas.
D.
Ayudar a aprender a los niños a través
de la resolución de problemas reales.
E.
Trabajar con los alumnos el
planteamiento de problemas.
F.
Potenciar el aprendizaje cooperativo y
colaborativo realizando actividades apropiadas, por ejemplo, juegos
matemáticos.
G.
Usar materiales concretos.
En los últimos niveles de la Educación
Primaria los profesores deben seguir siete pautas fundamentales para trabajar
el área de matemáticas con sus alumnos:
1.
Diseñar actividades que requieran
aprendizaje de los procesos cognitivos de las categorías de organizar, aplicar
y solucionar problemas.
2.
Fomentar el uso de materiales concretos
y dibujos para verificar la comprensión intuitiva del conocimiento matemático.
3.
Acentuar las preguntas de carácter
deductivo.
4.
Proporcionar oportunidades para aprender
eligiendo problemas y superando retos tanto en clase como en el tiempo libre.
5.
Favorecer el planteamiento de problemas
con los alumnos.
6.
Potenciar el trabajo cooperativo para
solucionar problemas. Llevar a cabo proyectos matemáticos especiales.
7.
Favorecer actitudes positivas para
realizar actividades matemáticas cada vez más complejas.
En ambos niveles, el profesor ha de partir de
los conocimientos previos del alumnado para construir aprendizajes
significativos; llevando los contenidos teóricos a la práctica en la vida real
del alumnado. [19]
3.3. Algunos Métodos de la Matemática en
el Nivel Correspondiente a Educación Primaria.
Desde hace 50 años aproximadamente, muchas
organizaciones y centro de investigación han trabajado para adoptar contenidos
y métodos de la matemática en Educación Primaria. Del trabajo realizado tenemos
sus principales objetivos:
- Desarrollar
la comprensión de los alumnos.
- Ayudarles
a adquirir habilidades matemáticas.
Comprender
que la matemática es disponer de una fuente de deleite intelectual, así como de
una herramienta de gran utilidad práctica; pero la matemática es algo más que
comprensión; abarca habilidades y procesos de abstracción que son muy
importantes, tanto social como matemáticamente.
Estas
experiencias y habilidades deberán ser desarrolladas completamente con
creatividad y con sentido común.
Todo
alumno encuentra interés en su trabajo y que sea motivado para encontrar
respuestas por sí mismo, no sólo adquiere una firme comprensión de los
conceptos y experiencias sino que también desarrolla una actitud de confianza
en sí mismo, que es esencial para aprender y emplear la matemática.
Los
contenidos deben ser una fuente de entretenimiento ya que así los alumnos
aprenden de una manera más efectiva y emplean sus conocimientos más fácilmente
cuando encuentran divertido su trabajo.
A.
Método
del descubrimiento.-
En
el cual el alumno puede trabajar con materiales que se pueden manipular,
manejar y mostrar fácilmente a los compañeros.
En
la mayoría de los contenidos el futuro maestro deberá proporcionar variadas
experiencias a través del trabajo con material didáctico antes que los alumnos
escriban sus conclusiones de las experiencias realizadas.
Donde
el maestro proporcione los contenidos llevándolos a la práctica junto a los
alumnos haciendo que el aprendizaje y
espacios sean para ellos significativos.[20]
B.
El
Método de Situaciones.-
La
idea central del esquema de Dienes es que el concepto debe obtenerlo el alumno
a través de la práctica, con objetos que manipula directamente, para luego
abstraerlo, tratarlo y utilizarlo.
Este
método evita una actitud dogmática, mediante el cual el alumno aprende lo que
el maestro le enseña, sin tener la menor idea de lo que aprende.
Ahora
bien, si se sabe que la Educación debe propugnar la liberta y la creatividad
del niño, ¿Por qué hay que restringirle su campo de razonamiento?, ¿Por qué hay
que obligarlo a pensar a partir de esos pocos objetos que se le presenta?,
cuando en realidad el mundo en el que vive le pone a su alcance muchos otros
objetos que bien pueden ser utilizados con iguales o mejores resultados. Más
aún cuando el niño llega a la escuela con un enorme bagaje de conocimientos,
que lejos de frenarlos deberían ser utilizados al máximo. Y si se tiene en
cuenta la gran imaginación que tiene el niño, ¿Por qué esa ventaja que, sin
saberlo, nos ofrece el niño?
Teniendo
en cuenta las apreciaciones anteriores es que ha surgido otra corriente; que
sin eliminarlas, sobrepasa rápidamente las dos primeras etapas de Dienes, para
comenzar prácticamente el proceso a partir de la representación,
simultáneamente con la abstracción.
En
un principio y solo para los primeros momentos, es el maestro quien realiza la
representación; para que luego, y con gran facilidad, los alumnos reproduzcan
sus propias representaciones (muchas veces con más detalle que el original, por
cuanto cada uno pone lo que considere esencial y provechoso para su trabajo).
Tanto
la representación como la abstracción se realiza utilizando la realidad del
niño, a partir de objetos que le son familiares, pero que no están,
necesariamente, presentes en ese momento; es decir, haciendo uso de lo que se
llama lo CONCRETO IMAGINADO.
Así,
un punto dentro de un diagrama puede representar lo que el niño guste, desde un
tren hasta un mono, pasando por su hermano o una aguja; en fin todo aquello que
le es familiar y que se ubica dentro de los marcos lógicos que encuadran la
situación.
Esta
tendencia del método de situaciones tiene entre otras, tres ventajas bien
marcadas.
a. Se
ahorra tiempo por cuanto no es necesario pasar por las etapas de juego que
señala Dienes para después seguir muy de cerca los planteamientos de este. Y
cuidado, que una sociedad como la nuestra no puede permitirse el lujo de
dilatar el tiempo buscando el logro de un concepto con etapas preliminares,
cuando es posible llegar a la meta por un camino más corto, que a lo futuro
permitirá un desarrollo más rápido.
b. Desde
el primer momento se consigue y utiliza la abstracción (que para muchos es algo
que los niños son incapaces de realizar), y podrían decirse una “abstracción
generalizadora” por cuanto esa abstracción la logra el niño luego de trabajar
muchos objetos de la más diversa naturaleza y dentro de las más variadas
circunstancias.
Esto
es algo así como el germen de la generalización que permite hoy en día la
matemática actual.
c. La
libertad y la creatividad del niño van de la mano desde el principio, ya que no
se le obliga a jugar solo con un cierto tipo de objetos sino con los que él
quiera crear en ese momento.
Además,
el niño siempre estará interesado con el trabajo por cuanto el juego con
objetos que son de su agrado y dentro de situaciones que, en la mayoría de
casos, él mismo las imagina. Esto garantiza la constante creatividad del niño.[21]
3.4. Sugerencias Metodológicas para la Enseñanza de la Matemática.
En
concordancia con el desarrollo evolutivo del educando de Educación Primaria, se
sugiere considerar, de manera secuencial, las siguientes etapas:
A.
Situaciones
de juego y experiencias directas: En
esta etapa los niños participan activamente en acciones lúdicas que conducen al
descubrimiento de una nueva noción.
B.
Manipulación
de material concreto: Consiste en la exploración del objeto.
A través de esta actividad, el niño descubre las propiedades y relaciones de
los materiales con que juaga y manipula. No debe preocuparnos el tiempo
empleado en esta etapa, es aquí donde los niños adquieren experiencias valiosas
para realizar clasificaciones posteriores.
C.
Uso
de material gráfico: Esta etapa se realiza generalmente
después de las dos anteriores. Crea situaciones de búsqueda por parte del niño,
le incitara a desarrollar estrategias, tanteos que los llevan a descubrir
soluciones.
D.
Utilización
de símbolos: E s una etapa superior en la que los
educados utilizan los símbolos de la matemática. Los pone en práctica al
desarrollar interrogantes y problemas en su vida cotidiana.
E.
Reforzamiento
de la noción adquirida: En esta etapa el profesor creará nuevas
situaciones de aprendizaje cuidadosamente elaboradas, para reforzar los
aprendizajes adquiridos, asegurando el logro de ellos, por parte del educando
Los docentes enriquecerán estas etapas con
acciones, a partir de sus experiencias, orientando al educando al descubrimiento
de una noción que proporcionará una mejor formación Matemática, evitando el
aprendizaje memorístico en donde los contenidos sean aprendidos a través de la
práctica en la cotidianidad.
3.5. Espacios Significativos.
A
los niños hay que dejarlos actuar en su cotidianidad. Los adultos podemos
amoldarnos, adaptarnos luego ingresar en su mundo y es recién, que se puede
orientar y desarrollar habilidades en determinados momentos y lugares, que irán
consolidándose como instrumentos de aprendizaje.
El
espacio educativo significativo, es un escenario de aprendizaje estructurado,
capaz de generar múltiples experiencias entre compañeros. Se trata de hechos
que facilitan la construcción de conocimientos y ayudan a fomentar pensamientos
avanzados y modalidades complejas de interacción con el mundo que los rodea y
circunda.
Es
un proceso de organización, reorganización, cambios y transformaciones de
adquisición de capacidades y competencias, que son aprendidos a partir de
experiencias reales, desafiantes y novedosos para que puedan considerarse
altamente significativos. Los niños y niñas aprenden el mundo, a partir de sus
vivencias con sus padres, amistades, vecinos, familiares, prácticas de
tradiciones, juegos, bailes, relatos, paseos campestres, visitas a mercados,
parques, etc.
Los
espacios significativos, por tanto, son las condiciones que se propician a
favor del aprendizaje. Las situaciones, son significativas, en tanto que el
educador propicia las condiciones para convertir en una situación o espacio significativo,
que dan lugar las siguientes características.
v SITUACION ESTRUCTURADA:
El docente solicita asumir los roles de un
cuento, introduciendo uno o más propósitos de aprendizaje previamente
planificados: modalidades de participación, dinámicas, elección de roles que
asumirán a partir del cuento, planteamientos y respeto de las reglas de juego
en base a la integración entre compañeros de aula en forma solidaria y un
ambiente de alegría y respeto. A partir de la situación planteada y puesta en
marcha, se propicia la formulación de problemas, generación de hipótesis,
justificaciones y explicaciones de puntos de vista.
v UN CONTEXTO DE
INTERCONEXION:
Espacios que favorecen la comunicación y la
actividad en relación consigo mismo, respecto con sus compañeros y los objetos
que se ha contactado. Los niños y niñas estarán estimulados por la enseñanza de
relatos, canciones, bailes, revisión de periódicos, videos, internet que
ejerciten la memoria, la concentración, comparación, clasificación, seriación
dándoles un sentido de organización y mate matización de los hechos y objetos
con los que se encuentra en contacto.
v UNA SITUACIÓN DE RESOLUCIÓN
DE PROBLEMAS:
Escenario donde se desenvuelven en el plano
de las acciones, en términos de cumplimiento de metas. Si la situación es que
el alumno aprenda a cantar haciendo gestos, cuando se enfrenta en éste
escenarios el niño o la niña, buscará las estrategias para garantizar el canto con gestos, hasta el momento que lo
cumpla y ya no más constituirá en problema. La resolución de problemas es uno
de las columnas vertebrales para la estructura cognitiva del niño para
solucionar problemas futuros lógicos y abstractos. Un ejemplo clásico y eficaz
es la organización de los materiales en el aula, donde clasifiquen las cosas
por color, tamaño y los criterios que elijan los niños.
La resolución de problemas, es uno de los
aspectos que ponen “en guardia” o de “desafío” e los alumnos. Las situaciones
problemáticas en realidad hacen la capacidad en el alumno. [22]
[1]FENSTERMACHER, G. D; “A PHILOSOPHICAL CONSIDERATION OF RECENT RESEARCH ON TEACHER
EFFECTIVENESS”; Págs. 157-160; citado por WITTROCK, Merlín C; “LA INVESTIGACIÓN DE LA ENSEÑANZA I”;
Ediciones PAIDOS; 1era edición; 1989; Barcelona- España; Págs. 95-103; en http://www.terras.edu.ar/biblioteca/11/11DID_Shulman_Unidad_1.pdf.
[2]DAVIANI, María
Cristina; “MÉTODOS DE ENSEÑANZ- DIDÁCTICA
GENERAL PARA MAESTROS Y PROFESORES”;
Editorial Santillana; 1era
edición; Buenos Aires- Argentina; pág. 16 – 31.
[3]
AMAYA CUEVA, Mónica del Rosario y SALDAÑA BARBOZA Gladis Mina; “DIDÁCTICA DE LA MATEMÁTICA DE NIVEL PRIMARIO”;
Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo- FACHSE; Lambayeque; enero, 1997; Págs.
21-25.
[4]
“DISEÑO CURRICULAR BASE”; Ministerio
de Educación; 1989.
[5]
“DISEÑO CURRICULAR BASE”; Ministerio
de Educación; 1989.
[6]
HERNÁNDEZ PINA, Fuensanta y SORIANO AYALA, Encarnación;
“ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LAS
MATEMÁTICAS EN EDUCACIÓN PRIMARIA”; Editorial MURALLA S.A; Madrid- España;
1999; Pág. 15-20.
[7]HERNÁNDEZ PINA, Fuensanta y SORIANO AYALA, Encarnación;
“ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LAS
MATEMÁTICAS EN EDUCACIÓN PRIMARIA”; Editorial MURALLA S.A; Madrid- España;
1999; Pág. 20.
[8]
“RUTAS DEL APRENDIZAJE- ¿QUÉ Y CÓMO
APRENDEN MATEMÁTICA NUESTROS NIÑOS Y NIÑAS?”; Ministerio de Educación;
Fascículo N° 01; 3er grado al 6to grado de educación primaria; Lima- Perú;
2013; Págs. 27-31.
[9]
DUNKIN, M.J y BIDDLE, B.J; “THE STUDY OF TEACHING”; Nueva York; 1974; Pág. 35; citado por
WITTROCK, Merlín C; “LA INVESTIGACIÓN DE
LA ENSEÑANZA I”; Ediciones PAIDOS; 1era edición; 1989; Barcelona- España;
Págs. 95-103; en http://www.terras.edu.ar/biblioteca/11/11DID_Shulman_Unidad_1.pdf.
[10]SMITH,
B.O; “SOME COMMENTS ON EDUCATIONAL
RESEARCH IN THE TWENTIETH CENTURY”; Elementary School Journal; Nueva York;
Pág. 491; citado por WITTROCK, Merlín C; “LA
INVESTIGACIÓN DE LA ENSEÑANZA I”; Ediciones PAIDOS; 1era edición; 1989;
Barcelona- España; Págs. 95-103; en http://www.terras.edu.ar/biblioteca/11/11DID_Shulman_Unidad_1.pdf.
[11]
GAGE, N.L; “HANDBOOK OF RESEARCH ON TEACHING”; publicado en ingles por
MACMILLAN PUBLISING COMPANY; traducido por Ofelia Castillo y Gloria Vitale;
Nueva York; 1963; pág. 127. citado por WITTROCK, Merlín C; “LA INVESTIGACIÓN DE LA ENSEÑANZA I”;
Ediciones PAIDOS; 1era edición; 1989; Barcelona- España; Págs. 95-103; en http://www.terras.edu.ar/biblioteca/11/11DID_Shulman_Unidad_1.pdf.
[12]
GUTIÉRREZ, Ángel; “ÁREA DE CONOCIMIENTO: DIDÁCTICA DE LA MATEMÁTICA”;
Madrid – España; 1991; Págs. 17-29.
[13]
HERNÁNDEZ PINA, Fuensanta y SORIANO AYALA, Encarnación;
“ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LAS
MATEMÁTICAS EN EDUCACIÓN PRIMARIA”; Editorial MURALLA S.A; Madrid- España;
1999; Pág. 20.
[14] HERNÁNDEZ PINA, Fuensanta SORIANO AYALA, Encarnación; “ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LAS MATEMÁTICAS
EN EDUCACIÓN PRIMARIA”; Editorial MURALLA S.A; Madrid- España; 1999; Pág. 21.
[15]HOLMES;
1985 citado por HERNÁNDEZ PINA,
Fuensanta SORIANO AYALA, Encarnación; “ENSEÑANZA
Y APRENDIZAJE DE LAS MATEMÁTICAS EN EDUCACIÓN PRIMARIA”; Editorial MURALLA
S.A; Madrid- España; 1999; Pág. 27.
[16]
HOLMES;
1985 citado por HERNÁNDEZ PINA,
Fuensanta SORIANO AYALA, Encarnación; “ENSEÑANZA
Y APRENDIZAJE DE LAS MATEMÁTICAS EN EDUCACIÓN PRIMARIA”; Editorial MURALLA
S.A; Madrid- España; 1999; Pág. 32.
[17]ALONSO
TAPIA, Jesús; “ORIENTACIÓN EDUCATIVA: TEORÍA, EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN”; 1995;
Pág. 32; citado por
HERNÁNDEZ PINA, Fuensanta SORIANO AYALA, Encarnación; “ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LAS MATEMÁTICAS
EN EDUCACIÓN PRIMARIA”; Editorial MURALLA S.A; Madrid- España; 1999; Pág.
27.
[18] ALONSO TAPIA, Jesús; “ORIENTACIÓN EDUCATIVA: TEORÍA,
EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN”; 1995; Pág. 33; citado por
HERNÁNDEZ PINA, Fuensanta SORIANO AYALA, Encarnación; “ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LAS MATEMÁTICAS
EN EDUCACIÓN PRIMARIA”; Editorial MURALLA S.A; Madrid- España; 1999; Pág.
27.
[19]
HERNÁNDEZ PINA, Fuensanta SORIANO AYALA, Encarnación; “ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LAS MATEMÁTICAS
EN EDUCACIÓN PRIMARIA”; Editorial MURALLA S.A; Madrid- España; 1999; Págs.
40-41.
[20]HUANILLO TELLO, César; “MATEMÁTICA PARA LA
EDUCACIÓN PRIMARIA”; Fondo editorial
Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo- FACHSE; Pág. 134.
[21] ZOLTAN P, Dienes; 1966; citado por
HUANILLO TELLO, César; “MATEMÁTICA PARA LA EDUCACIÓN PRIMARIA”; Fondo editorial Universidad Nacional
Pedro Ruiz Gallo- FACHSE; Pág. 134.
[22]PÓLYA, George; “COMO PLANTEAR Y RESOLVER PROBLEMAS”; Editorial TRILLAS; 1945; Págs.
51-53 en http://www.ingverger.com.ar/ver-polya-resolucion-problemas.asp.
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